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El desarrollo de los sistemas de conducción nace de la necesidad del ser humano de ser capaz de transportar fluidos de un lugar a otro: abastecer, irrigar, evacuar… En definitiva, ordenar y aprovechar los recursos disponibles de manera que cumplan unos objetivos o cubran unas necesidades mínimas entre las que se encuentra la más importante: el abastecimiento.

En algunas partes del mundo, desde un principio estas redes fueron diseñadas para separar perfectamente el transporte de agua potable y la evacuación de aguas negras, mientras que otras regiones aún no habían diseñado esta diferenciación de redes.

Las primeras cloacas romanas formaron parte de complejos sistemas de transporte y suministro. A pesar de que inicialmente sólo las instalaciones y viviendas de la alta sociedad contaban con su propio suministro, el tejido de estas redes se fue ampliando primero hacia las instalaciones de saneamiento y baños de la época, y posteriormente se constituyó dentro de las ciudades.

Los acueductos romanos formaron parte fundamental de estas redes de abastecimiento, así como las acequias musulmanas, mientras las tuberías de arcilla o piedra formaban algunos de los primeros ductos de los que aún quedan restos en Roma, Egipto o Mesopotamia, y el bambú era utilizado en China. El cobre vivió su época de auge un poco más adelante, comenzando su implantación en la zona de Oriente Medio. Estas primeras conducciones supusieron el avance y desarrollo de la investigación de materiales y la organización de las ciudades.

A partir del siglo XVIII se desarrollan las primeras técnicas constructivas de los sistemas de saneamiento y abastecimiento modernos que conocemos hoy en día. Concretamente, el primer alcantarillado moderno data del siglo XIX y se encuentra en la ciudad alemana de Hamburgo. En esta época se empiezan a utilizar más materiales metálicos para las tuberías como el hierro y el plomo. Mientras que el hierro siguió investigándose y mejorando sus procesos productivos, así como su seguridad y calidad para el consumo humano, el plomo se prohibió.

Paralelamente, a lo largo del siglo XIX se implementa la tecnología de fabricación de tubería de acero en Estados Unidos con un método novedoso y de gran calidad para la producción de ductos. No obstante, esta tecnología sigue en continuo proceso de desarrollo e investigación durante todo el siglo XX hasta la actualidad, mejorando e innovando a nivel energético y de calidad para el consumo humano.

A lo largo del siglo XX van apareciendo otros materiales que van respondiendo sucesivamente a las necesidades que surgen con el desarrollo de las ciudades y las sociedades, encontrándonos con un abanico muy amplio de materiales, procesos y características para las conducciones: tubería de acero, fundición, fibrocemento, hormigón, materiales plásticos, etc.

Cada material da respuesta a diferentes características de diversos proyectos, y sigue evolucionando y adaptándose a las necesidades y demandas de una sociedad cada vez más comprometida.